Hotel Go Inn / Amazon Tupana

Hola Ricardo:

Antes que nada queremos agradecerte por toda tu amabilidad y buena gestión, sobre todo por estar siempre dispuesto a responder nuestras consultas a la brevedad.
Te cuento que la ciudad de Manaos nos sorprendió positivamente. Nos sentimos muy cómodos, tranquilos y bien tratados. Si bien no tuvimos tiempo de hacer grandes recorridas, disfrutamos caminar hasta el puerto, visitar el mercado, observar el arribo y partida de los barcos… La zona del teatro nos pareció muy linda, con sus casas tradicionales tan bien cuidadas, la ambientación navideña y los bares y restaurantes a tono. Realizamos la visita guíada en inglés a la ópera, ya que en español no estaba disponible, y nos pareció muy necesaria para completar nuestros conocimientos y comprender todo lo que significa el teatro para la historia de la ciudad. Las dos noches cenamos en la Tacaría Amazonia, deliciosa la tacaca con camarones, precios accesibles y cálida antención.
Respecto al Hotel Go Inn, fue perfecto para nosotros.
*La ubicación es ideal, en una calle tranquila e iluminada (la plaza de enfrente es muy bonita), a dos cuadras del teatro, lo que nos pemitía ir y venir caminando cuantas veces quisiéramos, volver caminado a la noche, después de cenar. y no preocuparnos si se nos hacía un poquito tarde. También está a una distancia accesible del puerto.
*Pudimos hacer el check-in temprano sin inconvenientes (también, el check out a la madrugada y sin demoras) y nos guardaron la valija cuando nos fuimos al lodge. El personal hablaba inglés y era muy amable.
*El hotel está muy bien cuidado y limpio, es luminoso y amplio, con mobiliario moderno pero cálido. Es un lugar agradable para estar y descansar, ya que no había ruidos molestos de ningún tipo.
*Es una gran comodidad el minimercado del hall y la parada de taxis 24 horas en la puerta.
*La habitación tenía un tamaño adecuado y todo el mobiliario necesario, la cama era amplia y cómoda, el aire acondicionado y el WiFi funcionaban correctamente (fundamental para planear cuestiones del viaje y comunicarnos con nuestra familia). Nos gustó tener una ventana con una vista agradable (para no sentirnos encerrados) y a la vez, con black out para poder domir sin que se filtrara la luz. Todo estaba limpio. El baño era pequeño, pero no nos generó incomodidad.
*Si bien desayunamos una sola vez y temprano, parecía haber alimentos variados y de calidad. Había vajlla y comida suficiente, y el comedor era amplio con bastantes mesas para sentarse.
Respecto al Amazon Tupana Lodge, no fue lo que esperábamos y por eso no lo pasamos muy bien. Nuestro objetivo principal al hacer este viaje era ir a un lugar que siempre habíamos anhelado, la selva amazónica, para estar en contacto con la naturaleza, descansar, maravillarnos por la diversidad y abundancia de animales y vegetación, y especialmente desconectarnos de la ciudad, pero nada de eso ocurrió.
Aspectos positivos
-Todo el personal era muy agradable, amable, bien predispuesto y trataba de brindar soluciones. Hablaba varios idiomas, lo que favorecía el entendimiento.
-El lugar, en general, estaba en buenas condiciones (salvo por una pasarela que estaban arreglando), limpio y bien ambientado.
-Nuestra cabaña (la número 1) era amplia, estaba limpia. Nos resultó útil el tender para colgar la ropa y nos gustó tener una hamaca. Estaba a cierta distancia del resto de las cabaña, lo que nos daba privacidad.
-La estancia/mirador era un buen lugar para leer o conversar en espacio abierto, había suficiente espacio, asientos, hamacas para varias personas.
-Los guías freelance (Jefferson y Marcos) tenían muy buena voluntad y trato. Brindaban buenas explicaciones, tenían conocimientos suficientes y se podía conversar con ellos. Nos informaban de los horarios y de las excursiones, tratando de que lo pasáramos lo mejor posible.
-La disponibilidad del dispenser de agua.
Aspecto negativos
-Principalmente, la falta de organización y de dirección del lugar.
-Nos habían avisado que pasarían a buscarnos por el Go Inn a las 7 am, pero 6.40 am, a minutos de llegar al comedor para desayunar, apareció un señor del Tupana para decirnos que ya teníamos que irnos. Tuvimos que desayunar a las apuradas, ya que el señor nos miraba a la distancia, pero luego nos dejaron 15 minutos esperando a que bajaran otros huéspedes.
-El traslado en la traffic/van hacia y desde el lodge fue muy dificiente. A la ida, llegamos a ser 16 personas en una traffic entre pasajeros y personal. No había lugar específico para guardar el equipaje, entonces teníamos que llevarlo con nosotros y viajamos todos muy apretados. A la vuelta, estuvimos más cómodos, pero el viaje se hizo más largo que a la ida.
-Conformación de grupos con intereses dispares. Aunque David y yo somos dos adultos sin hijos, nos pusieron en un grupo en el que había dos adolescentes que no pararon nunca de conversar en voz alta, reírse, cantar, gritar, y dos niños de 2 y 3, que por supuesto se comportaban como tales, jugaban entre ellos, lloraban, se encaprichaban, demandaban la atención de sus padres. Por esta razón, la primera actividad que hicimos (un paseo en lancha de cuatro horas para contemplar la naturaleza, pescar y ver yaguaretes) fue insoportable. En lugar de estar en el río, en medio de la selva, conectados con la naturaleza, su paz y sus sonidos, estuvimos atrapados entre la conversación incesante de los adolescentes y el griterío de los niños, sin que ni a ellos ni a sus padres les pareciera importar dónde estaban. Al regresar al lodge, le contamos al guía lo mal que lo habíamos pasado, quien nos entendió, pero no tenía una solución para ofrecernos. A la mañana siguiente, le pedimos que nos cambiara de grupo y accedió a hablar con el otro guía, quien nos permitió sumarnos a sus actividades. Creo que es fundamental armar los grupos de acuerdo con los intereses/afinidades de las personas (lo que se podría averiguar con un simple cuestionario previo) para evitar malestares y que cada uno pueda disfrutar lo que fue a buscar al lugar.
-Poca variedad de actividades: dos veces fuimos a pescar pirañas/observar delfines. Durante el pernocte al aire libre no nos dieron los consejos de supervivencia, que si bien no eran indispensables para la experiencia hubieran sido muy interesantes. El último día, el 1/1, estaba planeado salir en canoa a remo, pero a último momento cancelaron la actividad. Como el otro guía sí hacía el paseo, nos permitió sumarnos a su canoa, aunque fue bastante breve.
-Todos los días llegaban nuevos huéspedes y cada vez éramos más, ya que nadie se iba. Entonces, si bien teníamos una hora de tiempo para comer, todos debíamos presentarnos puntualmente, ya que se armaban largas colas, la comida no se reponía, faltaba vajilla y no había lugar para todos en el comedor, lo que hacía que muchos debieran sentarse en los sillones de la recepción. Quizá si se hubieran organizado dos turnos, hubiese sido mejor.
-Total ausencia de animales en la selva. Solo vimos la insinuación de algunos delfines y los pequeños yaguaretes que los guías tuvieron que salir a atrapar.
-No estábamos enterados de antemano de que había períodos programados sin electricidad. Nos lo dijeron al llegar al lugar. No había agua caliente en la ducha. Uno de los enchufes de nuestra habitación estaba roto y si bien todos los días pedimos la reparación y siempre nos contestaron que lo iban a arreglar, nunca lo hicieron. Por ende, solo teníamos un enchufe para conectar el ventilador y cargar las cámaras en los períodos que había electricidad.
-No estaban preparados para mis restricciones alimentarias (soy vegetariana). Cuando consulté, me dijeron que ellos tenían la idea de que había algún huésped vegetariano, pero que no sabían bien cuándo llegaba. A partir de ese momento, sí cocinaron platos vegetarianos muy ricos y completos. No fue algo grave, pero es un ejemplo más de la falta de organización.
-Por último, lo peor para nosotros fue el festejo de la noche vieja. Nos habían informado que ese día cenaríamos a las 21 h, pero a las 20 h nos avisaron que en 5 minutos servirían unos aperitivos y que la cena sería a las 22.30 h. A partir de ese momento y durante tres horas seguidas, pusieron música disco a muy alto volumen (sin importarles que casi nadie bailara), algo que nada tenía que ver con el lugar (selva, naturaleza, paz) y de lo que era imposible escapar, ya que desde cualquier sitio se escuchaba (interior de la cabaña, embarcadero, mirador). Finalmente, sirvieron la cena a las 23.15 h y a las 0 h volvieron a poner música a todo volumen y además, tiraron una gran cantidad de fuegos artificiales, algo que me parece bastante perjudicial para la fauna del lugar. El día anterior, en horarios de descanso, habían probado los parlantes y cortado maderas con motosierra sin importarles que pudieran molestar a los huéspedes con el ruido.
Si hubiésemos sabido antes de contratar el paquete que así sería el festejo de año nuevo, jamás habríamos viajado tantos km hasta allá. Teníamos la ilusión de recibir el año de manera especial, tranquilos, en la selva, contemplando las estrellas y disfrutando de la sonoridad de los animales, pero nada de eso ocurrió.
saludos,
Laura y David